Con más de mil millones de personas en todo el mundo, las personas con discapacidades, aquellas cuyas funciones auditivas, visuales, cognitivas, de movilidad, del habla o neuronales están deterioradas, son el grupo minoritario más grande del mundo. Su inclusión y empoderamiento es fundamental, ya que no solo beneficia a la persona con discapacidad, sino también a los miembros de la familia, quienes muchas veces se ven en la necesidad de dejar sus trabajos para cuidar a familiares en esta situación.
Con la transformación digital, empujando al mundo hacia la Cuarta Revolución Industrial, es imperativo garantizar que las personas con discapacidad no queden excluidas de la fuerza laboral del futuro. La transformación digital vinculada con la tecnología educativa, la tecnología financiera, el trabajo remoto y el networking puede impulsar a las personas con discapacidad hacia un mayor éxito y ayudar a aprovechar su potencial y habilidades únicas.
Dado que una de cada seis personas en todo el mundo tiene alguna discapacidad, y se enfrentan a la exclusión laboral y económica, abordar la inclusión de la discapacidad es vital. Supone un gran desafío, ya que el 70% de las discapacidades son invisibles. Las personas con discapacidad tienen un 50% menos de probabilidades de conseguir trabajo, e incluso los trabajos que realizan tienden a estar en los niveles corporativos más bajos.
La discapacidad supone una desventaja social y económica
Según un estudio de Dell, el 85% de los trabajos que estarán disponibles en 2030 aún no se han inventado, por lo que volver a capacitar y mejorar las habilidades de las personas discapacitadas con habilidades del siglo XXI, como la creatividad, la comunicación y el pensamiento crítico, puede impulsarlos a estar en una situación más sólida.
Además, impulsar la inclusión de la discapacidad es gratificante para las organizaciones. Los estudios muestran que los empleados con discapacidades aportan una mayor productividad e innovación. Además, la apuesta de las empresas por la inclusión beneficiará, positivamente, a su reputación.
Aunque la transformación digital puede dejar atrás y, en ciertos aspectos, dejará atrás a las personas con discapacidad, también puede impulsar la inclusión de la discapacidad en edtech (tecnología educativa), fintech (tecnología financiera), trabajo remoto y networking.
La transformación digital como impulsor de la inclusión de la discapacidad
Muchos estudiantes con discapacidad se enfrentan a barreras físicas para acceder a la educación, no solo porque muchas escuelas carecen de las instalaciones necesarias, sino por el desafío que supone viajar con ciertas discapacidades, como en sillas de ruedas o con autismo. Edtech, o tecnología educativa, da acceso a la educación desde la comodidad de sus propios hogares, donde es más fácil para ellos ser atendidos por miembros de la familia.
La educación online también ayuda a igualar a los estudiantes discapacitados con el resto de la clase, ya que ciertas discapacidades no son visibles cuando se comunican de forma online. Los avances en la tecnología educativa también están haciendo que la comunicación con sus compañeros sea más fluida, lo que permite a los estudiantes discapacitados debatir y discutir mejor. Los accesorios compatibles con Braille, los audífonos compatibles, el software de traducción del lenguaje de señas y las herramientas de conversión de texto a voz son algunos ejemplos de cómo la tecnología edtech puede ayudar en este sentido.
La tecnología financiera, fintech, proporciona comodidad, registros financieros y seguridad. Además, puede facilitar servicios financieros personalizados con tecnología de asistencia a personas con discapacidad, ayudándoles a superar las barreras a la inclusión.
Para muchas personas con discapacidad, el trabajo a distancia puede abrir una gama más amplia de oportunidades laborales. Viajar puede suponer un impedimento importante y las personas discapacitadas pueden requerir equipo especializado, instalaciones de accesibilidad o herramientas de comunicación, lo que puede condicionar a las empresas a la hora de contratarlos.
En cambio, el trabajo remoto elimina estas barreras, permite mejores comunicaciones y puede dar más confianza a algunas personas discapacitadas, ya que sus discapacidades están menos expuestas. Además, el trabajo remoto anima a los empleados a juzgar a las personas con discapacidad por la calidad de su trabajo, en lugar de por prejuicios inconscientes.
Con un 85% de los puestos de trabajo que se cubren mediante la creación de networking o redes de contactos, es vital que las personas con discapacidad establezcan contactos. Pero el networking en persona puede ser desconcertante para quién tiene alguna discapacidad, incluso muchas veces, puede ser inaccesible o menos seguro.
Las plataformas como LinkedIn pueden ser fundamentales para conectar a las personas con discapacidades con posibles reclutadores, a quienes pueden conocer a través de plataformas online y construir una relación. Con tecnología de asistencia y menos exposición de sus discapacidades, las personas discapacitadas pueden conectarse mejor y con más confianza.
En Heura no construimos muros, los tiramos
Heura es un Centro Especial de Trabajo desde el que llevamos 25 años favoreciendo la inclusión sociolaboral de personas con diversidad funcional. Es vital seguir trabajando para reducir las barreras de la desigualdad y, por ello, todas las acciones que emprendemos se basan en tres principios fundamentales: sensibilización, empleabilidad e inclusión.
En Heura trabajamos con personas con diversidad funcional y que se encuentran en riesgo de exclusión, pero han demostrado su capacidad para prestar servicios con el mismo nivel y competitividad que las empresas ordinarias. En Heura seguiremos apostando por ellas, que no solo demuestran su valía, sino que ponen su corazón por delante.
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